Segunda serie, para romper maldiciones vinculadas con emociones destructivas: la ira, el odio y el miedo.
En el nombre de Jesús, yo renuncio y rompo todas las maldiciones de las emociones destructivas sobre mí y las generaciones futuras. Esta renuncia incluye, pero no se limita a, las siguientes maldiciones:
Ira y odio
1. Falta de perdón, ira, estallidos de ira, furia, odio vengativo.
2. Odio al padre, madre, cónyuge, excónyuge, todas las anteriores relaciones sexuales y emocionales y ataduras de alma. Odio a los hombres, a las mujeres, a líderes espirituales, a los que tienen autoridad en la Iglesia y en el gobierno civil.
3. Renuncio a todas las emociones conexas de odio a mí mismo, impulsividad, irritación, ira, rabietas, discordia, contención, conflicto, voluntad propia inmadura, violencia, lucha, o guerra.
4. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones del odio racial; odio a los países, a los partidos políticos, a identidades étnicas.
5. Renuncio a todo el odio hacia los que me han atormentado, abusaron de mí, o me han tratado con dureza.
Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. —MARCOS 11:25
Miedo
1. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones relacionadas con el miedo de dar y recibir amor libremente.
2. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones del miedo a la muerte, a la oscuridad, a los animales, y a todas las criaturas vivientes; miedo a las multitudes, al agua, de asfixiarme, de ahogarme, de asalto sexual, de los lugares cerrados, de las tormentas, y el miedo al futuro.
3. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones relacionadas con el miedo a los demonios, a Satanás, a la pérdida de la salvación y al juicio. Esto incluye el falso temor del infierno, así como falso temor del Espíritu Santo, Jesús y Dios.
4. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones relacionadas con el miedo a otra gente: el miedo a los hombres o a las mujeres, el miedo a tener hijos, el miedo a las relaciones, el miedo al matrimonio, y el miedo a la dirección espiritual.
5. Yo renuncio y rompo todas las maldiciones relacionadas con pesadillas, insomnio o terrores nocturnos; al temor de tormento, tortura, trauma, terror, sueños o accidentes; a las supersticiones, la agorafobia, y todas las fobias irracionales.
Porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. —2 TIMOTEO 1:7, RV60